De la colaboración entre la tienda especializada en ocio alternativo Ávalon y Ajetreo Burgos nace esta jornada dedicada a la iniciación y disfrute del rol para los más jóvenes

Llevábamos tiempo esperándolo…

Desde que en Ajetreo nos comenzamos a ilusionar con la idea de organizar una Jornada de Rol pensada para las familias y los más jóvenes, sabíamos que la iniciativa marcaría un antes y un después para la asociación. Pero nunca imaginamos que la acogida sería tan positiva y la respuesta tan entusiasta. Y este artículo nace de esa emoción compartida, y en agradecimiento a quienes han participado, colaborado y a quienes vendrán en el futuro.

Porque el pasado miércoles 16 de julio fue la primera. Pero sí, spoiler: habrá más. Muchas más.

El rol, y sobre todo el rol en familia y para los jóvenes, permite unir generaciones y tender puentes entre quienes apenas se conocen o no se conocen. En torno a una mesa, con unos lápices, hojas y dados, personas de diferentes edades se miran como aliados, se escuchan como compañeros de aventura y se descubren desde la imaginación. Es una puerta abierta a nuevas formas de disfrutar del tiempo libre, donde la creatividad, la cooperación y la magia de contar historias compartidas nos recuerdan que jugar juntos es también una forma de quererse.

Y, en este caso, no podríamos haber tenido un mejor aliado que Ávalon, que desde el primer momento nos abrió las puertas de par en par y nos apoyaron en todo lo necesario para hacer de esta jornada una realidad. Gracias a su colaboración, pudimos llevar a cabo este evento que, sin duda, quedará marcado en el recuerdo de todos quienes participaron.

¿Cómo empezó todo? El inicio de la aventura

Plantear una partida para un público juvenil es una aventura en sí misma. Debido a las adaptaciones que puedan ser necesarias, por cuestiones de lenguaje o contenido, se optó en muchos casos por crear tramas propias y ofrecer, así, una iniciación a este mundo diseñada por y para este día. Con un objetivo claro: que disfruten. 

Y, al tratarse de una sesión de iniciación, hay que hacer malabares con la explicación de la hoja de Personaje, de las reglas, las dinámicas de juego y del entorno en el que se desenvuelven. Y todo eso en un tiempo que ronda poco más de 3 horas. Una sesión de iniciación implica poner mil ojos a todos estos aspectos y, además, requiere prestar toda la atención no solo a la partida, sino a los Jugadores: la incertidumbre o dudas que les pueda suponer no entender una situación, el miedo a tomar decisiones en público o la gestión de las reglas que acabas de explicarles, por muy simplificadas que se las ofrezcas. Como DJ es una labor muy interesante.

¿Los juegos elegidos? En este caso, dos clásicos: Dungeons&Dragons y Warhammer Fantasy.

¿Las mesas? Un combo extraordinario que funcionó a las mil maravillas. Los aventureros más pequeños contaron con el apoyo de un guardián, y compartieron dados con sus familias, quienes se involucraron como los que más. Los más jóvenes, con una gran predisposición para lanzarse a por ello y (procurar) salir airosos del camino.

Y, ¡a jugar!

El camino del héroe

Introducción del juego, del mundo, de la aventura. Qué Personaje interpretar, qué es esta hoja que tengo aquí delante, qué habilidades tengo. Y este es un punto importante: animar a descubrir quién eres y qué puedes hacer, filtrando aquello que pueda abrumar de entrada y quedándonos con los fundamental para que sientan comodidad desde el inicio. E importante: aprendemos jugando. Así que nunca sobrarán las preguntas, las dudas y los ejemplos.

De lo más enriquecedor y satisfactorio para quienes estábamos al otro lado fue ver (y sentir) cómo, poco a poco, empezaban a rolear de manera natural. A hacer preguntas sobre si podían hacer esto o lo otro, si podían comprar algo en la plaza de la villa, buscar una tienda de magia o ayudar a un chiquillo que trataba de recoger agua en una fuente para su caballo.

Y ahí estaban, conectando entre Personajes (y, por ende, Jugadores) para progresar en una historia que van haciendo suya. Cierto es que, al inicio, se notaba en ocasiones cierta cautela a la hora de tomar decisiones, quizás por el temor al “qué dirán”. Pero una vez superado el primer “obstáculo”, se empieza a notar una fluidez mucho más natural.

A medida que avanzaban las partidas, los Jugadores se sumergían más en sus roles, y los momentos de tensión se mezclaban con risas, bromas y alguna que otra sorpresa inesperada. Cada lanzamiento de dados era un paso más hacia la resolución de sus historias, con encuentros épicos y desencuentros que mantenían a todos al borde de sus asientos.

Y así, entre risas y giros imprevistos, se llegaba al clímax de cada aventura, al gran desenlace… o, al menos, al final de esta I Jornada. ¡Por ahora!

Continuará…

Porque hemos visto que, felizmente, contamos con todos los elementos para que esta sea solo la primera de más.

¿Qué añadiríamos? Pues alguna de las participantes comentó que echaba en falta una cárcel de dados para cuando “se portan mal”…

Y es que respecto a lo demás, la sensación global es de inmensa satisfacción y agradecimiento. Y nos llevamos también una lección, y es que los más pequeños consiguen hacer fácil aquello que creemos complejo. Aprendieron de manera muy intuitiva la mecánica básica del rol, y es un buen recordatorio de aquello que nos habéis escuchado (leído) decir en ya unas cuantas ocasiones: que jugar a rol consiste en pasar un buen rato con quienes se sientan a compartir mesa en esa aventura. Nada más y nada menos.

Un gracias enorme por la confianza depositada.

Solo nos queda una pregunta… 

¿Para cuándo la próxima?