No diremos infinitos por alejarnos de la exageración, pero nos quedamos cerca si nos paramos a pensar en la cantidad ingente de juegos de mesa y de tablero que existen y que están a nuestra disposición a día de hoy. Clasificarlos es, por lo tanto, todo un reto. Y una cuestión que seguro despierta más de una discusión (sana) alrededor de un buen café.
Asumimos el riesgo.

Así que, ¡aquí viene! Os traemos el primero de una serie de artículos que irán aterrizando por aquí a través de la cual exploraremos las características definitorias y ejemplos de los tipos principales de juegos de mesa y tablero. En esta ocasión, os presentamos los llamados Eurogames y los Deck-building. ¡Vamos con ello!

Eurogames o juegos de gestión

Los Eurogames o juegos de gestión se centran en la obtención y uso eficiente de recursos. Esos recursos pueden tomar muchas formas: materias primas, dinero, herramientas, trabajadores… Y, normalmente, sirven para construir, mejorar o desbloquear “algo” con el objetivo de conseguir puntos o cumplir ciertas condiciones de victoria.

Las partidas suelen dividirse en fases o rondas en las que los jugadores, por turnos, realizan acciones como, por ejemplo, recolectar, construir o intercambiar. A veces, se compite por ser el más rápido o eficiente a la hora de alcanzar los objetivos, mientras que, en otras ocasiones, se coopera para superar un desafío común. La estrategia se centra, de una u otra forma, en la planificación, el orden de las acciones y el uso eficiente de lo que se tiene a disposición.

Estos juegos pueden ser tanto competitivos como cooperativos. En la forma competitiva, se podría decir que se trata de una “carrera” por conseguir alcanzar antes que los demás los objetivos propuestos. En ocasiones, llegar a esa “meta” no implica ganar automáticamente, ya que muchos juegos siguen un sistema de puntuación final en el que se tiene en cuenta no solo el objetivo logrado, si no el progreso a lo largo de la partida (los recursos acumulados o lo que hayas avanzado o construido, entre otros muchos aspectos). Por otro lado, en la forma cooperativa, realmente lo que sucede es una competición contra la “inteligencia artificial” del propio juego, de forma que quienes juegan se alían y comparten recursos, habilidades y avances en general para conseguir esos objetivos o superar obstáculos impuestos por las normas del juego.

Aunque la mecánica puede sonar compleja, los Eurogames suelen ser bastante accesibles en cuanto a normas. Lo difícil no es entender cómo se juega, sino aprender a jugar mejor, ya que a menudo hay muchas vías posibles para lograr los objetivos. Esa libertad estratégica es parte de lo que engancha, y lo que hará que tengamos que estrujar el cerebro en mayor o menor medida.

Las partidas de Eurogames suelen durar entre 60 y 120 minutos, aunque hay versiones más cortas o más largas, y están pensados tanto para personas que se inician como para jugadores más experimentados, en función de la complejidad de estrategia que comentábamos.

De entre todos los que existen, os dejamos con una breve relación de algunos de ellos, para que tengáis algunos ejemplos en caso que queráis probar o explorar este tipo de juego:

• Monopoly – clásico: en este caso, solo hay un recurso, el dinero, y una única acción, que consiste en comprar calles.
• Catán Duel – sencillo: versión para 2 jugadores de competición sencilla en el cual se manejan 4 recursos, con los cuales puedes construir edificios y caminos, y que se desarrolla en 3 fases por cada ronda.
• Agricola – de nivel medio:  juego en el que gestionas cultivos, ganado, parcelas de granja, pudiendo construir aún más parcelas, edificios, conseguir herramientas…
• Guerreros de Terracota – menos conocido y, quizás, más complejo: manejo de materias primas y soldados, con acciones limitadas y planificación a largo plazo.

Deck-building o juegos de construcción de mazos

En los Deck-building o juegos de construcción de mazos, se comienza con un conjunto básico de cartas que irá aumentando y mejorando durante la partida. La clave está en conseguir nuevas cartas estratégicamente con el objetivo de fortalecer el mazo y conseguir efectos más potentes a medida que el juego avanza.

Se juega, igualmente, por turnos. Por lo general, en primer lugar se roba una mano de cartas, luego se juegan algunas y, finalmente, se descartan otras. Al agotarse el mazo, se vuelve a barajar, incluyendo las nuevas cartas adquiridas, de modo que el mazo va evolucionando constantemente. Algunos juegos permiten, incluso, eliminar cartas débiles, afinando aún más la estrategia.

Hay juegos de este tipo tanto competitivos como cooperativos. En los primeros, se trata de conseguir más puntos, de eliminar al rival o de cumplir ciertas condiciones de victoria antes que los demás. En los cooperativos, se usan las cartas de manera conjunta o combinada para enfrentarse a un enemigo o a un sistema automatizado.

Aunque la mecánica básica es fácil de aprender, estos juegos ofrecen una gran profundidad táctica: qué cartas añadir y cuándo, qué cartas priorizar, cómo combinarlas entre sí o cómo de grande quieres que sea tu mazo son decisiones clave que se irán tomando durante el transcurso de la partida.

En cuanto a duración, se podría estimar entre 30 y 60 minutos, ya que tienen un ritmo ágil. Además, son muy rejugables, ya que cada partida es distinta dependiendo de las cartas disponibles y las decisiones que se tomen.

E igual que hemos hecho antes, os dejamos a continuación con una pequeña selección de algunos juegos que consideramos que pueden ser ideales para una primera toma de contacto o para explorar nuevas opciones:

• Dominion – clásico: el gran clásico del género, accesible y estratégico.
• Hero Realms – para iniciarse: con duelos rápidos y reglas sencillas
• Clank! – nivel medio: mezcla de deck-building con exploración de mazmorras y gestión del riesgo.
• Aeon’s End – de mayor complejidad: cooperativo avanzado con mecánicas únicas como la no remezcla del mazo.

Y lo dejamos aquí, pero solo por el momento.

Como ya os habréis dado cuenta, cada categoría encierra un universo de mecánicas y experiencias diferentes. Y eso es, precisamente, lo bonito de explorar las características de estos juegos y este intento de clasificación. No para encasillarlos, sino para entender mejor qué tipo de partida te apetece jugar o descubrir algo nuevo dentro de un estilo que ya disfrutas.

Pronto vendrán más entregas de esta pequeña serie, en las cuales analizaremos otros géneros como los Ameritrash, los juegos de deducción, los abstractos o los de roles ocultos. 

¡Nos vemos en la siguiente ronda!